Una de las intervenciones más realizadas dentro del campo de la cirugía estética es, sin duda alguna, el aumento de mamas. Así, ha pasado, en unos años, de ser la operación de las famosas a la operación de todas aquellas mujeres que lo deseen.
Una reconstrucción tras haber sido sometida a una intervención en los senos, disminuir la diferencia entre el volumen de los dos pechos o realzar nuestro cuerpo son tres de las principales causas que llevan a una fémina a decidirse a optar por el aumento de mamas.
Un procedimiento este que suele realizarse con anestesia general y que viene a tardar entre cuarenta minutos y una hora, aproximadamente.
La colocación de un implante o prótesis tras la glándula ya existente es el fin de este proceso que luego lleva aparejado un necesario postoperatorio.
Un vendaje muy ajustado es el que la paciente deberá llevar durante las 48 horas posteriores a la intervención, en las que debe cuidarse y no realizar esfuerzos.
Pasado ese tiempo, la mujer volverá a la consulta clínica para que le sea retirado dicho vendaje, que será sustituido por un sujetador deportivo. Durante todo el mes, y 24 horas al día, deberá llevar este.
El momento de la retirada de los puntos que conlleva esta operación estética, dos por pecho, se producirá a los diez días de la operación y será realizado nuevamente en la consulta. Así, en la misma, se producirá la correspondiente revisión de las mamas para comprobar que todo ha salido perfecto.
A estos pasos del postoperatorio hay que añadir que la paciente sometida a un aumento de mamas no podrá realizar ejercicio físico hasta que no haya transcurrido un mes.
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